Muchas gracias por este homenaje. Sentí mucha emoción. Me hicieron recordar mi niñez, cuando armábamos la pelota de trapo porque no teníamos para comprar una pelota de fútbol porque eramos pobres. Pero mis padres nos enseñaron, a mis hermanos y a mi, muchos valores y respeto por los demás. Valorábamos mucho lo poquito que teníamos. Hoy, mi marido, mis hijos y mis nietos son mi fuerza para seguir jugando. Cada mañana yo le pido a Dios y él me escucha y me guía. Cada vez que entro a una cancha me siento con una fuerza infinita. Agradezco mucho a la Municipalidad lo que hicieron por mi. Sigan reconociendo a otros deportistas que es muy bueno. Esto demuestra que las mujeres también podemos.