Liliana Alessio - "Pasos firmes"

Su historia

El running se fue transformando paso a paso, y año tras año, en una actividad masiva. No se trata simplemente de una moda, de algo esporádico y efímero, sino de un deporte que implica una forma de vida y que tiene estricta relación con la salud y la interacción social. La práctica de este deporte empuja a un cuidado de la salud, a una alimentación saludable, a disfrutar del aire libre, y también es una herramienta idónea para potenciar los lazos sociales. Todo esto genera un clima favorable para afrontar diversas situaciones que la vida va poniendo en el camino de toda persona.

Lo habitual para los corredores, es que las medallas no sean el objetivo más importante de una carrera, sino llegar a la meta o conseguir un tiempo anhelado. El fin, en definitiva, es edificar –y disfrutar– una mejor calidad de vida.

Habiendo descrito concisamente lo esencial de este bello deporte, la atmósfera que lo rodea y sus efectos positivos para la vida en sociedad, a continuación, presentaré el caso de Liliana Guadalupe Alessio, una freyrense que nació en agosto de 1967, y que supo transformar pisadas tímidas en pasos firmes. Liliana es una mujer que posee profundas ansias de superación personal. Cada mañana, cuando cruza la puerta de su casa y sale a enfrentar el día, lo hace con optimismo y tratando de ser una mejor versión de sí misma. Cuando era niña, quedaba hipnotizada viendo a los maratonistas en la pantalla de televisión y soñaba con algún día integrar un equipo de corredores.

Unas décadas más tarde, en otra etapa de su vida, se encontró con el running y todo cambió –para bien, por cierto–. La primera vez que salió a trotar, la travesía duró poco. Dio unos pasos a buen ritmo, caminó un tramo, retomó el ritmo inicial y regresó a su casa. Pero este fue el punto de partida para una carrera infinita que recién iniciaba. Pocos días después completó sus primeros 30 minutos sin parar. Luego incrementó la frecuencia: empezó a correr tres veces por semana. Pronto pudo correr durante una hora. Lo más importante de estos objetivos cumplidos, fue darse cuenta que podía lograrlo. Cada vez que volvía de un entrenamiento, esperaba ansiosa el próximo entrenamiento. Afirma que los primeros 200 metros que corrió fueron los más difíciles para sus pies, porque no sólo debió sobreponerse a factores como el calor, el hambre, la sed y el cansancio, sino también a miedos y barreras que estaban en su mente y que con el andar de sus piernas fueron cayendo, uno tras otro, derrotados al piso. Este envión anímico la acompaña desde entonces y es el cimiento que la mantiene segura en todo lo que emprende. Su frase de cabecera es “Si la mente lo cree, las piernas obedecerán”.

Poco a poco el running fue convirtiéndose en la vitamina ideal para alcanzar sus sueños y su felicidad. Hubo episodios en los que sintió que estaba a punto de derrumbarse, cuando el cansancio le hizo percibir que la meta en vez de acercarse se alejaba. Pero cuando escuchó los aplausos y el aliento del público, y la voz amable de su entrenadora Lucrecia Gudiño, sus piernas recibieron un impulso imposible de explicar desde la ciencia. Hoy, Lili afirma muy segura “la primera limitación para animarse a correr está acá”, y señala con el dedo índice su sien. Reconoce que los obstáculos estaban en su cabeza. Es el famoso “yo no voy a poder”, que tanto merodea en la vida de las personas. Poco a poco Lili fue derribando barreras, obstáculos y afrontando nuevos desafíos en el mundo del deporte. Este espacio la hace sentir plena y le aportó una mejora en su calidad de vida. Obviamente que nada es fácil, y que mejorar la performance requiere entrenamiento y constancia.

"Creo que ningún ser humano tiene límites. Todo es posible, y los récords están para batirlos", consideró Eliud Kipchoge, el atleta de 33 años nacido en Kenia que asombró al mundo con sus 2 horas, 1 minuto y 39 segundos con que ganó la Maratón de Berlín y que puso en jaque a los libros de ciencia y deporte que históricamente consideraron imposible que el ser humano pudiera romper la barrera de las dos horas para completar los 42,195 km de uno de los mayores acontecimientos del atletismo.

En la última carrera en la que participó Lili, en la localidad de Porteña, la humedad y el calor sofocante, le hicieron cuesta arriba el camino. Pero no bajó los brazos, caminó unos metros, tomó aire, mirando para arriba como apelando al cielo, y retomó su ritmo hasta llegar a la meta.

En este universo deportivo, esta deportista freyrense consiguió muchos logros. En casi todas las carreras subió al podio. Esto implicó esfuerzo, sudor y algunas lágrimas cuando las cosas no salían como las había pensado. Recuerda una anécdota con una sonrisa que va creciendo hasta convertirse en carcajada, a medida que relata lo sucedido. Cuenta una tarde mientras trotaba, evitaba mirar su reloj, para no sentir tanta presión. Cuando atravesó la línea de llegada, levantó ambos brazos con los puños cerrados, mientras su cuerpo desbordaba de emoción. Se abrazó con sus afectos y le agradeció a su entrenadora. Esa felicidad que experimentó la venía construyendo durante muchos meses de entusiasmo y preparación. En esa jornada, Lili había logrado un excelente tiempo y, por tanto, le comunicaron que debía subir al podio. Pero cuando llegó el momento y fue convocada a recibir el premio, otra mujer –a la que nadie había visto participar en la competencia– subió y ocupó su lugar. No obstante, este episodio que hoy resulta gracioso, en nada opacó el aprecio de Lili por el deporte, ni impidió que siguiera alcanzando nuevos objetivos.

Toda vez que Lili optó por el running, no se equivocó, porque este deporte le aportó felicidad y nuevos y moderados aires, para afrontar el agobio que produce cualquier adversidad. Tras centenares de kilómetros recorridos a buen ritmo, Lili advirtió que se estaba enamorando de correr. Y el deporte no tardó en hacerle saber que ese sentimiento era correspondido.

¡Felicitaciones Liliana Guadalupe Alessio por construir un vínculo sólido con el deporte que redundó en muchas satisfacciones, nuevas amistades, y un gran ejemplo de superación personal digno de ser resaltado! Tu historia se incorpora al Museo Virtual del Deporte de Freyre. Seguramente será una fuente de inspiración para otras personas. ¡Muchas gracias!

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